miércoles, 28 de enero de 2009

Heidi como la Eva primogénita: Casi na



Este es el camino que Danka ve todos los días desde que vive en Galicia y mi regalo es el siguiente: Danka ¿sabías que Heidi escrito por Johanna Syri por lo visto es una hemana de la Emilia de Rousseau?, ¿una copia de Eva antes del pecado original, una niña de inalterada ingenuidad, que eposee virtudes terapéuticas y cuyo inocente corazón encierra aún la esencia divina?
¿Crees que recibiendo este mensaje durante los mejores años de tu infancia puedes sobrellevar una vida normal?
Espero haberte ayudado en tu camino d conseguir la mejor leche de cabra.

jueves, 22 de enero de 2009

Sucesión de Fibonacci y relación aúrea

He visto la película π, un poco tarde...Es algo desconcertante e interesante. En ella hablan de la sucesión de Fibonacci, de números y ritmo vital. Os dejo unos apuntes:

En matemáticas, la sucesión de Fibonacci es la siguiente sucesión infinita de números naturales:

El primer elemento es 0, el segundo es 1 y cada elemento restante es la suma de los dos anteriores. A cada elemento de esta sucesión se le llama número de Fibonacci. Esta sucesión fue descrita en Europa por Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII también conocido como Fibonacci. Tiene numerosas aplicaciones en ciencias de la computación, matemáticas y teoría de juegos.

La sucesión de Fibonacci en términos de conejos
Antes de que Fibonacci escribiera su trabajo, la sucesión de los números de Fibonacci había sido descubierta por matemáticos indios tales como Gopala (antes de 1135) y Hemachandra (c. 1150), quienes habían investigado los patrones rítmicos que se formaban con sílabas o notas de uno o dos pulsos
La sucesión fue descrita por Fibonacci como la solución a un problema de la cría de conejos: "Cierto hombre tenía una pareja de conejos juntos en un lugar cerrado y uno desea saber cuántos son creados a partir de este par en un año cuando es su naturaleza parir otro par en un simple mes, y en el segundo mes los nacidos parir también".2
De esta manera Fibonacci presentó la sucesión en su libro Liber Abaci, publicado en 1202. Muchas propiedades de la sucesión de Fibonacci fueron descubiertas por Édouard Lucas, responsable de haberla denominado como se la conoce en la actualidad.3
También Kepler describió los números de Fibonacci, y el matemático escocés Robert Simson descubrió en 1753 que la relación entre dos números de Fibonacci sucesivos fn + 1 / fn se acerca a la relación áurea fi ( ) cuanto más se acerque n a infinito; es
Para que las hojas esparcidas de una planta (Ver Filotaxis) o las ramas alrededor del tronco tengan el máximo de insolación con la mínima interferencia entre ellas, éstas deben crecer separadas en hélice ascendente según un ángulo constante y teóricamente igual a 360º (2 - φ) ≈ 137º 30' 27,950 580 136 276 726 855 462 662 132 999..."
Este hecho fue descubierto empíricamente por Church y confirmado matemáticamente por Weisner en 1875. En la cantidad de elementos constituyentes de las espirales o dobles espirales de las inflorescencias, como en el caso del girasol, y en otros objetos orgánicos como las piñas de los pinos se encuentran números pertenecientes a la sucesión de Fibonacci.

jueves, 15 de enero de 2009

Y parece que la cosa va de que hay que seguir tirando muros


Este año ha pensado para mí que tengo que escribir.
De momento he tenido una duda. El tema. Pero al instante ha llegado a mi boca. La ha llenado: un recuerdo musical.
Creo que era 1984 o antes o, un poco después. Vi la película El Muro de Pink Floyd, como si asistiéramos a una misa. Entre vista y vista, porque la vi varias veces, escuchábamos a los Smith y a los Clash. No me quedaba cuello ni muñecas para colocarme ningún collar más, ni ninguna pulsera más.
Una tarde fuimos a casa del Monga, no sé si te acordarás, T. Entramos en la habitación de su hermano mayor. Y…¡JODER! Aquello era el paraíso del comic hecho realidad. Las paredes estaban atestadas de comics listos para ser devorados. Monga tenía una máquina de liar pitillos. Pasamos una tarde entera aprendiendo a liar con la maquinita, leyendo cómics y no sé si nos bebimos alguna cerveza, seguro que sí. Fue una de las tardes más bonitas de las que recuerdo, en pleno centro de Huelva en un noveno piso y todo, todo, lleno de luz.

domingo, 11 de enero de 2009

NUESTRAS FOTOS CUMPLE

Akí tenéis el reportaje gráfico de una de las mejores noches de mi vida y mira por donde celebrando mi cumple 40. Lo pasé superbien. Apreciaréis que no sale casi nadie, solo pelos, hombros y trozos de piel. Eso viene a corroborar que hicimos uso del cuerpo, que bailamos mucho y no miramos en absoluto a la cámara. Gracias a todos y a todas y sobre todo a Radio Darwin, te debo tres, ya veremos como te lo pago si en kilómetros o en fiestas o en carne de gitano.

jueves, 8 de enero de 2009

La resaca menopaúsica que ataca por doquier


Esta imagen fue tomada unos días antes de la Navidad 2008. En ella Kilométrica reflexionaba sobre la conveniencia de seguir el ritmo festivo (la foto fue tomada en una fiesta) dado que en los últimos meses la sombra de la mejora parecía inundarlo todo.
Comenzaron a florecerle granos y aunque bailó, con moderación , la angustia por lo bien o mal hecho no desaparecía. Después llegaron las comilonas, las cervezas, una tras otra y la cercanía del mes de enero. Sí mi retiro ha sido preparatorio y los 40 al fin llaman a mi puerta. Y el caso es que sigo tan fresca, con ganas de bailar como una ardilla feliz en su bosque. Pero ¡cuidado! Llegaron los evaluadores del ¡ bien que te mereces! y de los ¡ muchos años que arrastras y casi no se notan!. Una de tus mejores amigas te recuerda que la menopausia te hará cambiar de carácter y entristecer (no creo que más que un martes) y la resaca que sube, que sube y tu cabeza que piensa, que piensa.
Vuelvo, para insatisfacción de algunos y para mi gusto propio. Con resaca, años o menopausia. Ninguna cuarentena me hará callar y menos una que llega después de una navidad, PUAG.
Era solo una broma, sigo con mis kilométricos y mis letras. AH¡ Feliz año a todos, si es que aún queda alguien por akí.