martes, 17 de abril de 2012

Abracadabra

Cuando Pandora levantó su tapa, sus ojos se secaron.
La luz de la vela convertía en una montaña oscura su breve y perplejo cuerpo, proyectado en una gran sombra vigilante sobre la esquina de la habitación.
Las horas dejaron de existir. Ya no tendría que luchar contra el deseo constante generado por  la  impaciencia. Ese mar inagotable que empujaba en olas su interior hasta acercarla, inexorablemente, siempre con premura, a aquello que tarde o temprano acabaría por llegar.
La caja de todos los males había sido abierta y no tendría, jamás, que volver a esperar nada. 
En ella encontró: el latido de su corazón.

martes, 10 de abril de 2012

lunes, 2 de abril de 2012

De nadas

A veces por mucho, mucho que corra: no logro salir de mí.
A veces, por mucho, mucho que respire: no puedo tragar más aire.
A veces por mucho, mucho , mucho de lo que sea, solo consigo mucho, mucho, mucho de absolutamente nada.