En un solo instante.
Ahí está la vida y ahí está la muerte.
Un instante más pequeño que una palmada.
Lo he visto con mis propios ojos, como el pecho se llena
despacio de aire y al instante queda congelado, sin vida, porque ésta ha volado
a otro lugar, lejos de ese cuerpo.
y no he visto nada, solo carne, que una vez fue habitada.
Pero aunque ahora aparece yerma de esencia vital,
quieta, permanece en ella la impronta de lo que fueron todos los años
vividos, los sentimientos, los dolores y la pasión guardada, todo lo que somos
y
que, en un solo instante, nos abandona.