miércoles, 12 de marzo de 2014

La tormenta

Cómo lo extraño se hace cotidiano,
en lo que dura un instante,
en la gran batalla.
Derribando puertas, inundándolo todo.
Puedes intentar mantenerte en pie
con toda tu sabiduría.
Más...los pocos bancos de madera que has conservado,
cuando llegue la tormenta:
Todo será un desastre.
Ni lazos, ni pieles, ni herrajes fuertes sostendrán tu cama.
La fuerza lo arrasará todo.
Y cuando puedas al fin limpiar tus ojos llenos de barro
verás, que sí, la luz vuelve como todos los días
pero, como esperabas, te falta la otra pierna.

)

sábado, 1 de marzo de 2014

lunes, 24 de febrero de 2014

miércoles, 22 de enero de 2014

El olor de la verdad

¿la verdad?
¿qué hay sobre ella?
La perdida,
interrogante,
deseada, buscada
y nunca hallada.
Quizás me rozó,
aquel día en el que un pensamiento fugaz
llegó a ponerme la piel de gallina.
Rápidamente, giré mi curva neuronal hacia otra galaxia
repleta de escritos, de pinturas, de chapas
de entes tangibles, racionales.
Más, el olor de la verdad
breve y escurridizo, se esfumó.
Solo lo tuve un instante,
como cuando te sientes alegre y al pensarlo, desaparece...

domingo, 12 de enero de 2014

sábado, 4 de enero de 2014

Y van los años

Vivir para estrenar,
como un regalo.
Siempre dispuesto a ser abierto,
mientras las tripas piden sin cesar tu auxilio...



domingo, 8 de diciembre de 2013

Miro las estrellas
junto al río.
Pienso en el devenir.
Con la única constancia
de lo propio.


lunes, 11 de noviembre de 2013

domingo, 3 de noviembre de 2013

Contagiosa

En redondo,
me miro el ombligo
desde el dedo gordo del pie.
Un dedo caliente, rojo, palpitante.
Mi corazón superior debe esconderse
entre la maleza salvaje y las tormentas.
Rodeado de su !magníficus flotador¡,
aparentemente, no palpita.
Y como dicen los que esperan mi muerte,
no parezco vulnerable.
Si sientes, ríes, padeces,
vas de un lado a otro guiada por tus impulsos.
Si eres libre...eres contagiosa.

Desaparece una de las Pussy Riot

lunes, 14 de octubre de 2013

Las escaleras del cielo


 Los jeómetras tenían una gran  capacidad para la  búsqueda, eran intrépidos, no se cansaban y ansiaban llegar a espacios diferentes, realidades nuevas donde desarrollar su vida y fantasías.
Pero sus medidas no eran las adecuadas, perdidos en los convencionalismos de las leyes de la geometría clásica eran incapaces de ascender a lugares nuevos, encontrar las escaleras que subían hasta el cielo, acercarse a aquellos lugares con los que soñaban por la noche, sin miedo a sus misterios.
Creo que hoy, al igual que los jeómetras de Jules no necesitamos escaleras más largas, ni cohetes con más impulso, ni mediciones más exactas, necesitamos miradas nuevas, fuera de lo que hasta ahora hemos utilizado y amar y confiar en nuestra capacidad de superación y mejora.

Y por encima de todo, no olvidar que siempre ha habido hombres y mujeres que pensaron que se podía hacer e ir a mejor, que parte de lo que hoy tenemos nosotros es gracias a sus sueños, a lo que ellos persiguieron con tesón, fuerza, y así lo consiguieron.