Perderme en lo que desconocido
es mi especialidad.
Esperar que el camarero recite la lista interminable y
desconocida de tapas.
Escuchas atentamente
un mensaje creado por otro,
en el que esperas encontrar la guinda de tus deseos.
Gustos cocinados
en fuegos ajenos.
Mientras las ansias de tu estómago
recrean mundos, deseos futuribles,
llenos de fantasía y placer
elaborados, con calor y humos
de otros mundos.
2 comentarios:
Y al final te acabas siempre pidiendo la tapa de ensaladilla
Es la medida de una buena cocina, supongo que para otras cuestiones será la mirada aunque internet limita esa herramienta tan útil.
Supongo que me habré tomado más de una contigo.
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