Quedan pocas horas para que el despertador alcance su ritmo habitual que durará todo un año. Él también estará contando las horas, los minutos, para volver a su vida normal, esa que ha estado perdida durante casi un mes. Mi mente, mientras, hace como si nada ocurriese, sigue perpleja ante este calor asfixiante que no le deja descansar. Hoy me he levantado con tres losas sobre mi espalda y no he recordado lo que ocurrirá inevitablemente en unas horas: la metamorfosis. Ya Kafka hacía alusión a ella con esta frase: Eso de levantarse pronto -pienso-hace a uno desvariar” (Kafka, F. La metamorfosis). Lo positivo es que este cambio generará la actividad neuronal necesaria para que este blog siga su camino, lo submundos se abran y podamos vivir en las letras, la música y nuestras locuras, saludos sufridos.
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