El abrazo de la complejidad y la sencillez es: falso.
Ambas, no llegan nunca a tocarse.
En realidad, yo,
SALTO.
Desde una realidad a otra: ¡ZAS!
Inmersión.
Ha llegado usted al mundo del pensamiento confuso,
arrégleselas como bien pueda. Desintegre sus bases. Sobreviva. Y guarde
silencio, somo si nada ocurriese.
Como si residiese en….. ¡el mundo de la sencillez¡.
Ese tan bonito, que
tan sólo tendrás
cuando te levantes por la mañana y laves tu cara con sencilla
y limpia, agua fría.
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