domingo, 20 de abril de 2008

Tarde de domingo


Y en esta ciudad,
hay momentos repletos de instantes
en los que el aire fresco rodea tu cabeza:
No es frio.
Cae una lluvia débil, como una canción breve, gota a gota.
En la acera de enfrente unos niños dicen hola, hola.
Puedo oler todavía un poco a azahar
recién caído y mojado por el agua.
La tarde rodea mis pasos,
los charcos hacen cris
Y en esta ciudad,
ando hacia mi puerta
donde hay charcos de tarde de domingo,
donde el aire fresco rodea mi cabeza.

No hay comentarios: