domingo, 27 de junio de 2010

Bajo el influjo del terror

El interior del tren era de metal en tonos grises. Miré a través de la puerta . Vi el trozo de suelo y el espacio que tenía para dormir, un rincón de un vagón con una especie de almohada de color rojo marrón oscura al fondo.
Comencé a tenderme cuando me di cuenta de que, detrás de la puerta que se abría a medio metro de mi cuerpo, había gente. Me asomé y el mayor de los terrores apareció ante mis ojos. Allí había una chica muerta. Estaba atada de pies y manos, sentada en el suelo maniatada a una extraña estructura de madera vieja. Su cuerpo había sido retorcido de forma sobrehumana y…todo apuntaba a que se había suicidado ¿cómo? Y ¿pretendían que durmiésemos allí, al lado de la muerta?
El miedo y una gran sensación de pánico se apoderaron de mí. Comencé a correr huyendo de aquel sitio por un pasillo infinito. El interior del tren oscuro estaba lleno de gentes extrañas que participaban en una fiesta decrépita, yo chocaba contra ellos y no podía avanzar. En el camino, pensaba que no podía tampoco decir lo que acababa de ver, la brutalidad a la que había asistido y cómo los que lo sabían me lo habían ocultado, y como habría respirado, sin saberlo, el aire que manaba su cuerpo muerto si hubiese dormido allí mismo a su lado, sin saber nada…

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