Llevas los brazos desnudos,
hueles a fuego y azahar húmedo.
Tu pelo brilla suelto sobre tus hombros,
coronando el placer que emanas: tu poder más absoluto.
Contra todo pronóstico, leyendas urbanas y épicas grecolatinas,
La verdad de tu piel, la inmensidad de tu universo inalcanzable.
El Uso de los placeres. Michel Foucault: “..es igualmente conocida de la Antigüedad pagana la figura de esos atletas de la templanza que se dominan a sí mismos y dominan sus codicias para renunciar al placer sexual. Mucho antes de un taumaturgo tal como Apolonio de Tiana, quien hizo de una vez por todas votos de castidad y que en toda su vida no tuvo ya más relaciones sexuales, esta extremada virtud era la señal visible del dominio que ejercían sobre sí mismos y, por consiguiente, del poder que eran dignos de asumir sobre los demás…”
Apppp¡¡¡ k se trata sencillamente de EL PODER...
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