domingo, 18 de noviembre de 2012

La estampita congelada


El río llevaba hoy un vestido azul y brillante.
El de ayer, amarillo,
estaba cansado.
He pasado volando por encima de él esta tarde,
mientras tan tranquilo avanzaba
sin saber muy bien hacia dónde.
Tampoco importaba.

Los niños vestidos de comunión, muy cerca,
extasiados por su anhelo
esperaban congelados
lo que nunca, nunca, nunca llegará.
Con la estampita
casi clavada
en su mano.

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