El siglo XIX es mi favorito. Mis autores de libros preferidos vivieron sus años: Proust, Zola, Stendhal, Balzac... El autor musical clásico Felix Mendelssohn, que me encanta, también es del XIX. Todos ellos tienen algo en común y es el aroma, más o menos desarrollado del romantismo.
El movimiento literario Sturm und Drang (en alemán: tormenta e ímpetu), desarrollado durante la última mitad del siglo XVIII, fue el precedente importante del Romanticismo alemán desarrollado en todos los ámbitos artísticos.
Hay días en los que un torbellino emocional late con fuerza en mi interior. Empuja mis sentidos con tantas ganas que deseo correr, respirar tan fuerte que todo el aire de la calle entre en mis pulmones, pase a mis venas y llegue a mi piel para volver a ser aire.
Otros días, esa tormenta espera agazapada, deseando que una nota musical dé paso a su expresión más plena o que una caricia dulce libere toda mi sensibilidad.
La película Tormenta de Hielo, 1997, de Ang Lee condensa de forma muy plástica las tormentas interiores, toda la fuerza que contenemos, las presiones atadas, cómo las enriquecemos burdamente en silencio, hasta que las puertas inevitablemente ceden paso a su ímpetu.
En definitiva, me siento Sturm und Drang , parte de las tormentas y de su fuerza, inevitablemente diecinuevechesca.
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