miércoles, 17 de noviembre de 2010

Donde esté tu respiración

Tras varias vueltas de baile arrítmico tú estabas a mi lado.

Colocaste tu brazo bajo mi cuello y los besos más dulces de la noche sobre mis ojos.
Eras cálido y dulce, como el primer día soleado de primavera.
Después, vigilé cómo te quedabas dormido, muy cerca de mi piel, sin invadirme, con tu respiración de fondo, susurrando en mis oídos.

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