Porque tú eres única,
Eres capaz de engullir las palabras,
aguantando el temblor de garganta, para evitar que se note que tienes alma.
Porque te levantas pensando en el otro.
Y olvidas las pelusas que crecen en tu mismísimo ombligo.
Haciendo lentejas para la boca ajena, la que te insulta y ningunea,
la que te mata, estando viva,
la que te convierte: en un cero a la izquierda.
Porque, sin duda, eres única.
Una fortaleza preparada para las miserias de una vida desdichada,
al lado de aquel que un día te dará sin querer, con su maldita furia, un golpe,
que te dejará rota la cabeza.
Y podrás seguir en una silla de ruedas.
Paralítica, ascética, sufridora
del peor tormento del mundo: una babosa asquerosa nacida en el agua pútrida de algo que llamaron amor.
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