Perplejidad, espanto y susto. Con el miedo en el cuerpo tienen muchos que levantarse todos los días, rezando a su dios ateo para que su empresa no decida en un pis pas prescindir de sus servicios como trabajador asalariado, como el caso de los trabajadores de telefónica. Claro que los incentivos para sus directivos, para que aprieten a los que menos cobran, esos no sólo no bajarán sino que subirán.
Y qué casualidad que estas medidas y otras de otras empresas se tomen justo unos días antes de las elecciones municipales, para elevar el malestar de la mayoría, los que menos tienen.
Tampoco es casualidad que esta decisión, tan liviana para los que mucho tienen, la tomen los afines al Partido Popular, porque a ver quién sino ostenta el capital en este país, a ver quiénes son los que más tienen para sentirse unidos ideológicamente a este partido de derechas, que defiende pase lo que pase el beneficio y los derechos, siempre, de los que más tienen.
Pero las mentiras pueden lanzarse al viento, todos los días y hablar de la defensa de los derechos sociales, de la mayoría ¿cuándo los que más tienen se han considera mayoría? y ¿cuándo a éstos les ha importado una mierda la defensa de los derechos sociales? Tekiereilla¡¡¡¡
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