El espacio infinito está en mí.
Caigo en él agarrada a pensamientos continuos, constantes, seguidos, enlazados en ritmos y destiempos.
Mi espacio infinito carece de esquinitas donde sentarse a descansar. Uno solo puede caminar.
Seguir pensando, existiendo, entre horas de ideas, reflexiones, caídas.
Pero, afortunadamente, todo: aderezado con música.
1 comentario:
haré puentin interior, a ver qué pasa¡
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