Hubo un momento en el que la puerta apareció abierta.
Di dos pasos e inmediatamente sentí el aire de la mañana.
Hoy, la tarde caía sobre nuestros hombros con casi 50 grados de sofocante calor, mezclados con nubes espesas, que no conducían a nada.
He andado despacio buscando mi puerta…
Y este jueves sonará Lay Puna, con ella volverá el olor de esa mañana que tanto deseé. La que ya no sé si realmente espero porque sencillamente fue un momento fugaz…pero existió , lleno de belleza.
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