Los últimos días de rebajas han sido espléndidos. Hemos podido comprar varias corazas multifunción a precio de coste. La tuya parece especialmente concebida para tu alma, se adapta a tus dudas, al temor que se posa por las noches en tu cama sobre tu hombro izquierdo. Cubre con un tul transparente, perfectamente, el pequeño pellizco de estómago siempre inoportuno, que te hace recordar tus miedos y que eres pequeño. La mía es también fantástica. De color verde, como toda mi ropa, me hace insensible a la brisa breve de la tarde, esa que me hace enamorarme de una mirada y de un olor perfecto. Recoge mis sentimientos, los que andan todo el día revoloteando por mi corazón y mi cabeza, aprisionándolos en un tubo de cristal como los de guardar espaguetis. Ahí no hacen ruido, no emiten vibraciones molestas para el resto del organismo, no me distraen elevando mis pensamientos por encima de mi cabeza llevándolos lejos hasta donde está mi deseo. Todo atado y cuantificado.
¡Hemos realizado unas compras fantásticas¡
Lástima que al salir de la tienda de corazas olvidaste cerrar la pequeña cremallera que tiene cosida cerca de tu cuello. Se escapó por ella un sentimiento que ascendió por tu nuca con dulzura para acabar brillando en tus ojos.
¡y fue precioso¡
(Imagen: Rosemarie Trockel)
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