miércoles, 27 de mayo de 2009

El desierto que me atrapa


La calle apareció ante mí como el mayor de los desiertos.
Cuando me desperté esta mañana mi alma decidió no encender la luz.
Di varios pasos hacia el trabajo, cogí el coche, salvé muchos obstáculos y apareció tu nombre.
La calle era el mayor de los desiertos, con carteles de neón caliente que me recordaban que en alguna parte de la ciudad tu olor estaba en el aire.
Vertí letras, horas, cogí mi bici, pinté hasta agotarme y la oscuridad no desaparecía.
Quería que la luz llegase y el dolor no me atara con fuerza las tripas: Casi no podía respirar.
La tarde se hizo
Y tu nombre no había desaparecido.
En vano busqué tu cara en multitud de fotos que vi de nuestra ciudad.
Pero la ciudad era un desierto con grandes carteles de neón caliente que iluminaban tu nombre, esto era lo único cálido que me rozaba.
El resto era arena, frio y un miedo terrible a esta oscuridad, a este desierto sin luz que me atrapa.
Cuadro: Kurt Cobain por Elizabeth Peyton

No hay comentarios: