martes, 26 de febrero de 2008

¿Yezze preservativito?


No sé qué ocurrirá en el entorno gay cuando dos iguales se sorprenden ante la duda de quién debe tirar el preservativo a la papelera. Ese mondonguillo flojo que te mira desde el suelo, alicaído con los restos de la batalla al fin perdida.

En mis conversaciones con entes de mi mismo sexo, la cosa cambia. Cuando aparece un espécimen que se levanta airoso de cama y ¡ALA! se agacha, sin que nadie le dé ninguna indicación, con una voluntad nacida de su propia neurona, esa que está sobre la que ahora consideras preciosa cabeza.
Recoge el plastiquito y lo tira a la basura. Pero ¡qué gallardía!, ¡que hombre más cabal!. Lo anotas en tu diario y te llega al alma, tanto, que quieres casarte con él. No te importa que el resto haya estado regu, ya que no has tenido que hacer de “aspirarecogetodo” como siempre y piensas que en verdad existía un hombre, tu hombre en este mundo.
Bueno diréis que estoy colgada, pero es que se me ha perdido el de la cabeza divina. Si lo veis avisadme, tengo algo que contar. K

FOTO: Ah en la foto tenéis lo último en preservativo, pliegas las dos manivelitas y el preservativo queda recauchutado en tu interior, se acopla perfectamente, lo difícil después es quitarlo, después JOooooo.

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